COMENTARIO DE NOVELAS CLÁSICAS

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A SANGRE FRÍA

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Historia de la novela

En noviembre de 1959, Truman Capote leyó este artículo en el New York Times:
. Holcomb, Kansas, 15 de noviembre [1959] (UPI)
– Un agricultor, su esposa y sus dos hijos fueron encontrados muertos a tiros hoy en su casa. Se los ha encontrado atados y amordazados y al parecer han sido asesinados por disparos de escopeta a corta distancia.El padre, de 48 años de edad, Herbert W. Clutter, se encontró en el sótano junto a su hijo, Kenyon,de 15 años. Su esposa Bonnie, de 45 años, y su hija, Nancy, de 16 años, estaban en sus camas. No se ha encontrado señales de lucha, y nada ha sido robado. Las líneas telefónicas han sido cortadas

Capote convenció al editor de la revista para la que trabajaba, que lo dejara ir a Kansas para contar la truculenta historia. Sin embargo la fama
-que él mismo se había hecho – de su homosexualidad podría ser un impedimento, pues la comunidad eclesiástica rural donde ocurrieron los crímenes era muy conservadora. No obstante no hubo ningún impedimento y
Capote pasó seis años entrevistando a todos los involucrados en la investigación. Pero también le dedicó mucho tiempo a los asesinos (Dick Hickcock y Perry Smithy) en especial a Smithy. Los agentes de la Oficina de Investigación de Kansas (KBI), sospecharon que el periodista tenía una relación amorosa con él.

Esta novela testimonial marcó un nuevo género, el del periodismo novelado. La narración en tercera persona y la equidistancia total entre víctimas y asesinos hacen que el lector se haga su propio juicio, Sin adornos ni argumentos tramposos, el libro es uno de los más eficientes alegatos contra la pena de muerte, sabemos en todo momento cómo son los asesino y que son culpables, pero también vemos la sordidez y la falta de humanidad de la venganza institucional que representa la pena de muerte. Truman Capote, se sumerge en la América Profunda y rural aunque también cándida de finales de los 50 . El retrato que hace – magistral-aporta todas sus virtudes y defectos y no toma partido, al igual que hace con los asesinos. La sociedad norteamericana de aquellos años no tuvo más remedio que encarar con desesperación, angustia, miedo y, sobre todo, desconfianza, un crimen que sugería que cualquiera podía morir asesinado en cualquier momento, teniendo en cuenta claro está, que los Clutter, representaban el arquetipo del sueño americano en la década de los 50. Eran personas prósperas, que vivían de la agricultura, habitantes de un pequeño poblado de mayoría metodista. Tenían buena reputación; considerados religiosos,y trabajadores, no tenían enemigos. Los asesinos, Richard Eugene (Dick) Hickock y Perry Edward Smith, eran convictos bajo libertad condicional que creían que en la casa de los Clutter hallarían una caja fuerte con no menos de diez mil dólares. No la hallaron, pero de todos modos asesinaron a los padres y a sus dos hijos adolescentes. Fueron condenados a la horca en 1960, pero se impugnó el veredicto alegando injusticia en el proceso y se volvió a abrir el caso hasta que en 1965 se ejecutó la sentencia, tras años de proceso y agonía en el corredor de la muerte.